jueves, 3 de noviembre de 2011

Defender o marcar en zona

Todas las temporadas, a algún equipo, de cualquier categoría, le ataca el virus de la vulnerabilidad en las acciones a balón parado.

Y nos olvidamos que la mayoría de ellas, sobre todo las que están próximas a nuestra meta, se sancionan para dar ventaja al equipo que las sufrió ya que son acciones que se preven propicias para la consecución de gol y por tanto ventajosa para la víctima y no para el infractor.

Está extendida la idea de ser acciones en las que se miden, tanto en ataque como en defensa, la capacidad estratégica de los entrenadores (como si nuestra estrategia se basase únicamente en estas circunstanciales acciones). Nosotros, como en otras muchas cosas, entramos al trapo y atacados por la peor de las enfermedades, la de la importancia, cuando nuestros equipos son eficaces en esa faceta del juego recalcamos nuestra participación en ellas.

En el plano defensivo, acaban siendo unas auténticas losas, cuando la reiteración de goles se producen de esa forma, hasta el punto que a veces cambiaríamos un saque de esquina por un penalty.

Al margen de la ventaja del sacador por la distancia y la posibilidad de sorprender sin margen de maniobra neutralizadora, muchas veces se potencian los errores defensivos, como sucede en muchas otras facetas del juego mencionadas en este blog, desde una deficiente terminologia. 

Es curioso, pero por alguna extraña razón. el cuestionamiento del método defensivo va siempre contra aquellos equipos que según el analista de turno "marcan en zona". 

Ante este análisis epidérmico pocos quieren reflexionar más, el chivo expiatorio está servido en bandeja. Si el inquilino del banquillo es amigo o a él mismo le da por dirigir los dardos hacia la incapacidad de sus jugadores para defender estas acciones, ya tenemos preparados los dos platos de la culpabilidad, el entrenador y la ineptitud de los artistas.

El fútbol es una actividad colectiva y por ello, compleja, en la que errores y aciertos son un continuo de todo el grupo y se nombran en plural nunca en singular.

Lo primero que hay que decir es que con la terminología tradicional se incurre en un error grave de conceptos. Se defiende en zona, pero marcar, sólo se puede hacer al hombre,  como no se cansa de repetir el maestro Mikel Etxarri. Y esto no es cosa de cuatro iluminados que queremos reinventar el fútbol.Lo dicen las propias definiciones de los manuales tácticos de las instituciones que imparten el conocimiento futbolístico de nuestro país:

MARCAJE

"Son las acciones que
se realizan sobre el
contrario, cuando su
equipo tiene el balón,
con el fin de que no
pueda ser efectivo su
concurso por
convertir en nula su
contribución"
(RFEF-Manual de Táctica del CEDIFA)

Por tanto la zona no se puede marcar, sino los hombres que entren en ella.

La segunda consideración es que el posicionamiento zonal que estipula un entrenador es una posición de salida no de llegada, a partir de la cual el jugador se mueve en función de la pelota, los rivales de intervención directa e indirecta y sobre todo de la obstaculización de las trayectorias de remate a nuestra portería.

Por último en una actuación protagonizada`por seres humanos no hay que descartar el aspecto mental, tanto en su capacidad de concentración, como en superar traumas por la reiteración del fracaso...Todos ellos también factores entrenables.

Dichas estas reflexiones con el ánimo de reflexionar fuera de los tópicos irracionales, las modas o los dogmas que se aceptan sin más margen de respuesta que el de decir AMEN.

Por supuesto esperando que sean útiles para periodistas inquietos, aficionados curiosos, jugadores inteligentes y técnicos que buscan soluciones y no culpables.

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