Seguro que hoy sera una jornada propicia, como tantas otras, para que alguno, buscando su lugar en el mundo profesional desde el conocimiento, la curiosidad,la investigación ...caiga en el desánimo. En el fútbol por ejemplo nos pasa mucho.
Entrenadores, jugadores, incluso periodistas preparadisimos en sus materias se ven relagados por otros con contrastada carencia de conocimientos técnicos. No cabe duda que en una sociedad invadida por el frikismo, en la que Belén Esteban anuncia el cese definitivo de la violencia de ETA en televisión, uno puede echarse en manos de la lamentación y la rebeldía contra la injusticia, renegar de los tiempos que vivimos, de la sociedad, de la patria y hasta de Dios. Pero también cabe la reflexión serena, la comprensión de las causas y de centralizar el éxito en su justo lugar y con la definición propia que cada uno le atribuya.
En el ámbito de los entrenadores, algunos exacerban la importancia del dominio de los conocimientos parcelados de su actividad. Se considera a uno el mejor por su conocimiento técnico, táctico, por su experiencia como jugador, su capacidad por gestionar grupos...Todo eso incluso mezclado en su justa proporción supongo que será un buen equipaje para el viaje. Pero tampoco descartéis el azar, las rachas y demás circunstancias fuera de nuestro alcance. Tan poco la estrategia, los sentimientos, en definitiva el liderazgo.
Si sólo queréis dejaros llevar por la corriente de la suerte, poco interés tendrá lo que a continuación os cuente. Supongo que incluso ni habréis entrado en este blog. Sentaros y esperarla.
En cambio, si eres de los curiosos, de los que incluso hoy, tu estado de ánimo pueda etiquetarse con el calificativo de moda, indignado, tal vez en los siguientes párrafos que te extraigo, y si quieres más aún en la lectura del libro completo a los que pertenecen, encuentres explicacíón a ciertos éxitos que no logras comprender incluso te cabrean por dejarte sin brújula con la que seguir tu ruta como conductor de grupos humanos.
"El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo sXVI.
"Cuan digno de alabanza es un príncipe cuando mantiene la fe que ha jurado, cuando vive de un modo integro y cuando no usa de doblez en su conducta"
"Es necesario que el Príncipe sepa que dispone de dos recursos: la ley y la fuerza"
"ser zorra para conocer los lazos y león, para espantar a los lobos"
"Pero es menester saber encubrir ese proceder artificioso y ser hábil a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte, halla siempre gente que se deje engañar"
"No hace falta que un Príncipe posea todas las virtudes"
"Su espíritu ha de estar dispuesto a tomar el giro que los vientos exijan de él y, a no apartarse del bien mientras pueda"
"Debe cuidar mucho para que cuantas palabras salgan de su boca lleven impreso el sello de las virtudes mencionadas y para que, tanto viéndole, como oyéndole, le crean enteramente lleno de buena fe, entereza, humanidad, caridad y religión"
"los hombres juzgan más por los ojos que por las manos, y si es propio a todos ver, tocar sólo está al alcance de un corto número de privilegiados. Cada cual ve lo que el príncipe parece ser, pero pocos comprenden lo que es realmente, y estos pocos no se atreven a contradecir la opinión del vulgo, que tiene por apoyo de sus ilusiones la majestad del Estado que le protege."
"Dedíquese, pues, el príncipe a superar siempre las dificultades y a conservar su Estado. Si logra con acierto su fin se tendrán por honrosos los medios conducentes al mismo, pues el vulgo se paga únicamente de exterioridades y se deja seducir por el éxito"
A veces la cuestión no es tener razón, sino simplemente comprenderla. Supongo que te dediques al ámbito que te dediques, habrás visto reflejadas situaciones cotidianas de la vida en sociedad.Tantos siglos después no hemos cambiado tanto. Seguro que sacarás una doble lectura útil para tu vida del que fue manual de otro triunfador truncado, el gran Napoleón. Epero que los años nos den sabiduría, la suficiente como para darnos cuenta lo importante que es aprender a dar las gracias.
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