Habituados a un mundo donde la mentira tiene mala prensa, seguramente por que la prensa vive de la mentira. Confundimos la que llena bolsillos y somete a las pobres gentes, desde el miedo que manipula, dirige y finalmente convence, con esa otra del pícaro, del mísero que tiene que buscarse la vida a cada instante para sobrevivir.
El engaño, se convierte en la cartilla de racionamiento de la felicidad diaria del pobre, del pequeño, del feo, del gordo, del desvalido, del débil. Es el as que esconde bajo la manga, el país chico, frente a la superpotencia; la tienda de ultramarinos frente al hipermercado; el jugador de primaria frente al de secundaria; el de la fabela contra el de la capital, el argentino frente al hijo de la Gran Bretaña.
Es la eterna lucha del instinto de supervivencia frente al de la opulencia. El David o el Pablo de la 2B con el Goliat de Primera División. Es la esencia del juego, el fundamento más primario del fútbol, EL ENGAÑO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario