Si el universo del estudio se centra en el éxito de un equipo la línea argumental será similar; el liderazgo del entrenador, la metodología avanzada de los entrenamientos o la calidad técnica de los jugadores.
Y eso, cuando alguno más atrevido, no se pone a buscar, no sé muy bien para que, cual ha sido el mejor jugador de la historia, entonces, sin criterios comparativos, cada uno muestra sus gustos sin tener en cuenta tan siquiera que, como es lógico, el analista en cuestión ni ha podido ser contemporáneo de la mayoría de ellos, ni conoce el contexto en el que jugaron.
La discusión es una de las esencias que explican la popularidad y trascendencia de este juego tan simple. Lo que chirría más es la argumentación de algunos teóricos expertos, de un ámbito u otro del fútbol, que aún viviendo de él, se empeñan en empequeñecerlo con simplismos infantiles con los que sientan cátedra.
Recientemente lo decía en un artículo en Masliga, me cuesta cada vez más separar los análisis de fútbol con su conexión con otros deportes o con lo que acontece en nuestro entorno cotidiano.
Han sido frecuentes en mi carrera las burlas sufridas hacia algunas de mis prácticas cuando por algún traidor, que siempre existe hasta en las mejores familias, se filtraban fuera de la intimidad sagrada del vestuario. Proyecciones de vídeos sobre la caza social del lobo, para explicar el Pressing; las charlas de mi amigo, el actor Santi Rodríguez, sobre la gestión de la popularidad, con la artistaza, Luz Casal hablándoles de la creatividad o las de algunos amigos toreros acerca del miedo; partidos de jueves con la replica del sonido ambiente que podía vivir el equipo al domingo siguiente por la megafonía del estadio; el acompañamiento musical en sesiones de gimnasio o en el vestuario en los minutos previos a un partido, entre otras.
En los 25 años que llevo como profesional he hecho siempre las cosas por convicciones no por modas y he podido comprobar como muchas de estas "excentricidades" mías, eran años después elogiadas como algo revolucionario del entrenador referencia del momento y una de las claves de su éxito.
El otro día me resultó muy reconfortante escuchar al compañero psicólogo ruso, con el que trabajo en el F.C. Kairat, dar una charla a nuestros jugadores sobre la Teoría de los Sistemas. Era la forma que encontró más clara para que entendieran qué era un equipo de fútbol y cómo funcionaba. Como estoy curado de incomprensiones y su forma de manifestarse más común, la chanza, quiero compartir mis conclusiones de esta charla con vosotros, supongo que muchos conocéis esta teoría.
El universo, un país, una comunidad de vecinos, el cuerpo humano, un ordenador…todos son un sistema. Todos funcionan por elementos interrelacionados e interdependientes. Todos sujetos a unas leyes que se pueden resumir en las siguientes:
2º-Objetivo Común. Todos los elementos tienen una meta común
3º-Apertura.Cada elemento se relaciona con los otros intercambiando energía, información.
4º-Aceptación.Todos los elementos están de acuerdo en su unión.
5º- Defensa de los elementos. Los principios que rigen el mecanismo del sistema y protegen a sus elementos dentro de él.
6ª-Calidad de Integración. Todos somos uno. Y éste es más que la suma de sus partes. Este principio sólo funciona si los 5 anteriores se cumplen.
Así de forma muy simple podrían resumirse las leyes que rigen el sistema solar, el sistema que organiza a un colectivo o el que hacer funcionar al cuerpo de un ser vivo.
Algunos estaréis extrañados por leer esto en un blog de fútbol, habréis decidido no entrar más para no leer más sandeces...
Tal vez otros, al leerlo estaríais pensando en la relación de esto con lo que es la estructura organizativa de un equipo de fútbol. Espero que si es así, os escueza igual que a mi las sentencias basadas en la exaltación de lo ínfimo, de la trascendencia del detalle por encima de lo colectivo y sus interrelaciones.
El buen funcionamiento de un equipo tiene que entenderse más allá de la importancia, por muy grande que esta sea, de una de sus partes, elementos,episodios, instantes o circunstancias tomadas de forma aisladas.
Esa puede que sea una de las causas que explique cómo Messi puede ser el mejor jugador del mundo cuando juega en el Barça y un mediocre que acaba con sinfonía de silbidos e insultos cuando juega con la selección de su país.
El resultado de un partido, de los rendimientos de un equipo o de un jugador es consecuencia de más aspectos que no sólo la consecución de sus goles. Es la resultante de la suma de muchos pequeños detalles. La misión de un entrenador es conseguir que sea una suma hacia la meta y que cuantos más sean mejor.
Ver la aplicación práctica a todo esto, o no, ya es cosa vuestra.
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