lunes, 10 de octubre de 2011

LA SEQUIA DEL GOLEADOR

En un ámbito con más comentaristas que analistas,es fácil encontrar como sentencia ante una racha de sequía goleadora de un equipo;" los delanteros son una ruina".
Dudar del cabeza de turco de turno es mucho más simple, rápido y exculpatorio.Echarle la culpa al error humano. Somos imperfectos, no funcionamos como las máquinas con lo cual ya tenemos explicación.
Si además confundimos el juego con la jugada; definición con finalización... el caldo de cultivo esta creado para que cualquier periodista, comentarista o incluso cualquier entrenador con poca gana de trabajar pueda dirigir el teleobjetivo de la culpa hacia el chivo expiatorio ideal, el que va a estar en el ojo del huracán, el jugador.

La jugada es cosa del jugador, el juego del entrenador. El diseño del modelo de juego es una de nuestras sagradas obligaciones. Éste en relación con el estilo que defendemos en la vida, en el fútbol tenemos que plasmarlo en un sistema de juego lo más completo posible, no sólo por recoger todas las posibles situaciones que se puedan dar en un partido, sino también que acoja dentro de él al mayor número de perfiles de jugadores sin sentirse incómodos en él, sino por el contrario, saquen su mayor rendimiento. Si todo es así, el sistema y su plasmación posicional, su esquema de juego se convierte en una herramienta al servicio de la creatividad del jugador ya que tener una partitura  colectiva adecuada le da alas a su libertad individual.

El sistema de un equipo o su inexistencia darán forma  a las jugadas de un equipo y en el caso que nos ocupa marcarán o no la forma de definirlas en ataque;en juego directo, combinativo interior o por bandas, al contraataque y en acciones a balón parado.

El acierto de diseñarlo, entrenarlo y aplicarlo adecuándolo a cada circunstancia competitiva harán que un equipo logre hacer el mayor número de ocasiones de gol e intenten finalizarlas en gol la mayor número de veces que puedan sus ejecutantes. Es obvio que cuantas más papeletas se compren más fácil es que te toque el premio del gol, pero sobre todo en el fútbol tener más oportunidades abre el abanico de la eficacia rematadora de sus goleadores.

Definidas las formas de crear situaciones de gol, toca ahora analizar la finalización.A esta la condimentan tres requisitos; Situación + Posibilidad + Decisión

Para que exista SITUACIÓN de finalización tiene que estar descubierta la línea de disparo, detectar el lado débil del portero en esa jugada, coseguir el espacio necesario para ejecutar la acción técnica y percibir el momento oportuno del remate.

La POSIBILIDAD se da cuando es asequible la situación a las cualidades propias del jugador; distancia, trayectoria, lateralidad , habilidades técnicas...

La toma de DECISIÓN es la correcta cuanto más fundamentada este en unos conocimientos del juego, se perciba la situación y se tenga la confianza suficiente en las posibilidades propias para ejecutarla. Aquí es donde entraría la generalidad a la que me refería al comienzo, es obvio que al final los jugadores son personas que pasan por buenos y malos momentos personales que afectan a su rendimiento, por rachas de malos resultados que les crean ansiedades y obsesiones que no son buenas para obtener el éxito en sus misiones. En zonas vitales como el área (propio o ajena) no tener confianza es vital para decidir. Recuerdo una frase que me dijo uno de los mejores finalizadores de la historia del fútbol español Quini, mientras viajábamos en coche; "Al volante es como en el área, quien duda muere".

Todo ello condimentado con el medio imprescindible para cualquier acción de un juego, el engaño, sea este individual ( finta corporal o con balón, conducción, mirada...) o  colectivo (movimientos de distracción).

A partir de entender lo anterior queda adecuar o seleccionar a los efectivos adecuados para armonizar ideas con eficacia.  Oímos con frecuencia; " A este equipo le hace falta gol". Hasta ahí no hace falta estudios. Saber que tipo de gol puede hacer un equipo por el juego que hace ya es labor de un técnico.
 Los finalizadores no son todos iguales. Los hay rematadores aéreos, de instinto, que perciben bien la oportunidad, rápidos de largo recorrido, rápidos en espacios cortos, dominadores del uno contra uno, grandes engañadores...Y unos son idóneos para estilos más basados en el contraataque, otros para uno que juegue más combinativo, por dentro. otros para equipos con llegadas por bandas...

Por último está la capacidad de cada técnico en cumplir con otro de sus cometidos, entrenar; mejorar, corregir o añadir a las cualidades de cada jugador el sello propio con trabajos y consejos adecuados.

Está claro en los últimos tiempos la mejora de la calidad de los porteros en general, gracias al desarrollo de su trabajo específico. Para cuándo pensar en el trabajo específico del resto de los puestos y especialmente en el que juega en la otra zona decisiva del campo, el área rival. 

Seguro que tu puedes ampliar este análisis con más matices, pero espero que al menos te haya ayudado a comenzar a hacerlo desde el rigor y no desde los tópicos vacíos o las impresiones condicionadas por sensaciones o intereses ajenos al juego. Sino también te queda confiar en tu suerte

Como siempre mi verdadera riqueza son vuestros comentarios.

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