Todos hablamos de los valores que ennoblecen el deporte, la lucha lícita de los méritos.Nuestra repulsa por las trampas, los apaños o las pillerías. Luego esta la realidad.
¿Cuántos admitiríamos en un equipo a un jugador que tras meter un gol con la mano que no ha sido vista por el equipo arbitral, se dirige al colegiado para reconocer su culpa y que no de como válido el tanto?
¿Cuántos clubes no lo sancionarían después?
¿Cuántos compañeros suyos no lo machacarían al llegar al vestuario?
¿Qué premio tendría en un equipo dirigido por nosotros semejante acción?
¿Salvan o matan los valores en un mundo tan competitivo como el que vivimos?
Un video para la reflexión. A ti mismo no hace falta que te engañes. ¿Cómo actuarías ante semejante actuación?
Caso verídico, que diría Paco Gandía. Ocurrido en un partido del St. Pauli (segunda división alemana). El protagonista es Ebbers, el capitán de dicho equipo.
Traducción:
¿Cómo reaccionarías?
Tu club esta jugando un partido muy importante.
Tu equipo dispara y va adentro, ¡primera división de nuevo!
Tu marcas, pero tu mano interviene en el proceso.
El asistente no lo ve. Da el gol por válido.
Luego te pregunta...¿Has usado la mano?
¡La clase no se adquiere, se tiene!
¡Ebbers la tiene!
Él admite que el gol no es válido.
Su equipo gana... sin trampas.
Diego Armando Maradona,
Lionel Messi
y Thierry Henry
no han pasado esta prueba.
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