En las oficinas de un Club de Primera División, escuchaba a un compañero, en los inicios de los noventa :"El jugador lo que tiene que hacer es descansar cuando acaba de entrenar, no estudiar. Para eso es profesional.Ya lo decía Di Stefano. "La Saeta" no nos dejaba llevar libros a las concentraciones". A mi por entonces me parecía un anacronismo que no merecía ni replica. Aquel técnico había sido portero del R. Madrid y por ello, o por la total sintonía con su profundo pensamiento, el resto de los alli presentes le corearon con frases aún más dolorosas para el oido. Veinte años después, se reproducen en un medio de comunicación una sentencia similar, convertida en este caso, en prohibición explícita a presentarse a un examen de selectividad a un jugador de un filial de Primera. Supongo que muchos le restareis importancia pensando que es un hecho aislado. Os sorprenderíais, si supiéseis la de técnicos que leyendo esta noticia de El Marca de hoy, estarán incrédulos porque se convierta en noticia una decisión tan incuestionable para ellos. Y mucho más, si enumerásemos a los que lo piensan pero no se atreven a expresar su afinidad con la medida de Esnaider, por ser políticamente incorrecto. Tan poco creais que la Asociación de Futbolistas Profesionales va a montar una huelga en apoyo del joven jugador maño. Incluso, me aventuro a pensar que, aquel jugador que entrené que afirmaba sin sonrojarse, en una entrevista publicada, el nombre de su último libro leido,El Marca, leyendo ahora su libro predilecto, insultará a tal infame compañero y le ofenderá su falta de profesionalidad.
Este es el progreso de nuestro futbol: más dinero, más títulos, más reparto de ganancias, más impagos, más clubes que desaparecen,más leyes concursales...menos amor al conocimiento, menos cultura, menos educación,menos modelos imitables para las futuras generaciones. Lo importante es ser "rico, guapo,buen jugador" y a ser posible que no te silben por ello.
Gracias a Sergio Sanchez, Manolo Sanchez Murias, Javi Poves, Juan Manuel Mata y tantos otros que seguis defendiendo vuestra otra identidad y que vuestra profesión no sea una disculpa más, para que esta sociedad os aborregue ahogando vuestras inquietudes entre millones y fama. Gracias por ser un ejemplo para mis hijos y porque el fútbol no siga sólo en manos de los de la Cultura del Boborolo.
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