1. Consciente de que defender también es un arte, el músculo que más utiliza es el cerebro.
2. Sabe que el arte de defender consiste en saber aguantar.
3. En el cara a cara no le gusta ser un objeto pasivo, por ello sabe provocar el error del rival con su posicionamiento y sus engaños.
4. Distingue bien entre cortar el mal por la raíz o por el tallo, por ello prefiere la recuperación a la interrupción del juego
5. No admite la cobardía en el juego, por eso la decisión que toma la hace con contundencia.
6. Prefiere intervenir ante un problema lo más lejos posible de la portería, por eso no pierde de vista el juego para estar presto a la ayuda de sus compañeros más adelantados.
7. Sabe que es la última puerta del equipo antes de la final del portero, y es con su compañero el último responsable de que no haya ocasión de gol, por eso toma el pasillo central como el último reducto a abandonar.
8. Como atacante sabe su papel como primer pasador y así no busca pases que arriesguen la seguridad de su equipo (laterales o receptores de espaldas al juego); un buen comienzo, con un buen pase, es clave para un buen final, el gol.
9. Es el atacante más generoso. Entiende que su brillantez en esa faceta pasa por tenerla en su poder el menor tiempo posible y en su zona sabe que se trata de distraer, no de entretener.
10. En ataque no olvida su responsabilidad de dar seguridad a sus compañeros por
eso sigue concentrado la jugada por si se precisa de su colaboración ofensiva o por si al contrario debe salir a cortar al rival antes de que se organicen.
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