Levante queda ya al sur de esta semana, de difícil digestión. “Ex” de ambos conjuntos a cada lado, incluido un entrenador, también muy querido por aquellas tierras. Tres puntos que apetecen al principio pero, que con el paso de los minutos, atenazan más pensando en marchar de vacío. Reparto de besos y todos contentos, menos los damnificados que denuncian el apaño. Como siempre será indemostrable. Yo a día de hoy sigo sin saber como se hace, reconozco mi punto de ingenuidad, que por otra parte me sigue ayudando a ir viviendo en este prisma de tantas caras.
Un premio Nobel de la Paz que se enfunda el traje de Sherif del Universo tan propio de su cargo, para protagonizar un reality en el salón de estar de su casa y asesinar al malo malísimo y enemigo de toda la humanidad, eso sí con el toque de espectáculo que nunca ha de faltar en una producción estadounidense, utilizando para el final, efectos especiales que hacen desaparecer todo rastro de impudicia.
Cuarta entrega de “El feo, el guapo y el malo” o lo que es lo mismo, cuatro clásico español en un mes. En esta edición con el malo, Mourinho, en su cárcel de cuatro estrellas, pasándoles mensajes en las barras de pan de las visitas. El feo, Puyol, erigiéndose, por fin, en cabecilla de la rebelión de los jugadores de ambos equipos por defender el protagonismo que se les había robado desde las estrategias de pizarra y sala de prensa. Y el guapo, Guardiola, haciendo de director de celebraciones de un título, aún no conseguido, cual si fuese “la seño” de un patio de colegio preparando a sus alumnos para la festividad del día de la madre.
Y he de reconocer que de pequeño me encantaban las pelis de indios y vaqueros. Pero ahora no puedo con ellas, me estaré haciendo mayor y con ello escéptico a que haya buenos tan buenos y malos tan malos. Por ello doy gracias al cielo por hacernos sobrevivir, no a todos, un beso Esther, y permitirnos, fuera de maniqueísmos más propios de otras épocas de nuestras vidas, poder volver a hablar de fútbol. De un Sporting que se juega su licenciatura en Primera a favor de viento, por tener gran parte de sus deberes hechos, su afición vestida con su traje de las grandes ocasiones y enfrente a un Depor que suele dársele bien y que fue desde el que cogió impulso, en la primera vuelta, para comenzar su remontada. Y los dos colosos mediáticos, mientras, reflexionando con datos y sin disculpas en que han de seguir mejorando. Uno para airear su elegancia y no perder eficacia por previsible. El otro como afilar más sus colmillos para no tener que tirar tanto de las circunstancias en su intento de conseguir la gloria de antaño. Ambos siendo conscientes de que han sido mejores cuando fueron más fieles a sus estilos Y mientras mi amigo, el pensador gijonés, José Diez Faixat, seguirá esforzándose en argumentar como en su libro “Siendo nada, soy todo”, que la realidad de nuestro universo no es dual. Suerte a todos en vuestros diferentes caminos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario